El nombre de Kevin Durant siempre está ligado a la polémica, las decisiones inesperadas y los movimientos que cambian el rumbo de la NBA. En este 2025 no ha sido diferente. Luego de que su etapa con los Phoenix Suns llegara a su fin, el alero de 36 años sorprendió a todos al convertirse en la nueva superestrella de los Houston Rockets, un equipo joven que ahora pone en sus manos la responsabilidad de liderar un nuevo proyecto competitivo.
Pero detrás de esa decisión hubo una historia aún más grande: Durant tuvo la oportunidad de regresar a los Golden State Warriors para volver a compartir vestuario con Stephen Curry, con quien conquistó dos campeonatos y dos premios de MVP de las Finales. Sin embargo, el propio Durant confesó que rechazó esa opción.
El final de la era Durant en Phoenix
Cuando los Suns apostaron por Durant en 2023, lo hicieron con la ilusión de formar un súper equipo junto a Devin Booker y Bradley Beal. La meta era clara: regresar a unas Finales que no alcanzaban desde 2021. Sin embargo, la química nunca terminó de cuajar y las lesiones y la falta de profundidad en el banquillo pasaron factura.
Durant, en sus propias palabras durante el Game Plan Sports Business Summit, reveló cómo se enteró de la decisión de Phoenix de darle fin a esa etapa:
“Al principio me molestó un poco porque sentí que habíamos construido una relación sólida, yo y los Suns. Escuchar que se terminaba desde otra parte fue un poco chocante, pero así es este negocio. Lo superé rápido y empecé a pensar en los siguientes pasos”.
Esos “siguientes pasos” incluían una posible vuelta a Golden State, la franquicia donde vivió quizás sus años más exitosos en cuanto a títulos y reconocimiento.
El veto de Durant a los Warriors
Durant confirmó que Golden State estuvo realmente interesado en repatriarlo durante el proceso de negociaciones. De hecho, hubo conversaciones serias que pudieron haber cambiado por completo el panorama de la NBA. Imaginen un quinteto con Curry, Draymond Green, Jimmy Butler (recién llegado), y Durant de nuevo en la Bahía. Hubiera sido un auténtico “dream team” que habría hecho recordar los días de gloria de la dinastía de los Warriors.
Sin embargo, Durant decidió intervenir personalmente:
“Escuché que Golden State estaba en la mezcla en la fecha límite de traspasos, pero fue ahí cuando Rich Kleiman (su socio y manager) y yo tomamos la decisión. Las relaciones que construimos en la liga y también en Golden State nos permitieron pedir que frenaran esa posibilidad”.
En otras palabras, Durant no quiso volver atrás. A pesar de los recuerdos, de los títulos y de la posibilidad de ganar de nuevo junto a Curry, su decisión fue clara: no regresar a Golden State.
Un nuevo desafío en Houston
La gran pregunta es: ¿por qué Houston?
La respuesta parece estar en el rol que los Rockets le ofrecen. En lugar de ser “una pieza más” en un equipo ya establecido, Durant llega a Texas para ser el líder absoluto de una plantilla joven y con talento. Con jugadores como Alperen Sengun, Amen Thompson, Fred VanVleet y varias promesas en desarrollo, Houston ve en Durant el puente perfecto entre la juventud y la experiencia.
Además, la organización de los Rockets no escatimó en recursos para conseguirlo: el traspaso fue calificado como “histórico” por lo que representó en términos de picks de draft y jugadores involucrados. En la franquicia saben que es un movimiento arriesgado, pero que puede ponerlos de nuevo en la pelea del Oeste después de años de reconstrucción.
Lo que significa rechazar a Curry
El hecho de que Durant haya rechazado volver con Curry y los Warriors abre varias lecturas. Por un lado, demuestra que Durant quiere escribir un capítulo propio, sin la sombra de su polémico paso por Golden State, donde a pesar de los títulos, siempre hubo críticas sobre “subirse al barco” de un equipo ya campeón.
Por otro lado, también refleja que Durant aún tiene ambición. A sus 36 años podría haber tomado el camino fácil de unirse a una plantilla veterana y consolidada, pero prefirió arriesgarse en un proyecto joven que aún está lejos de ser contendiente.
La incógnita ahora es clara: ¿podrá Durant convertir a los Rockets en un verdadero aspirante al campeonato? ¿O será este simplemente el último gran intento de una superestrella que sigue buscando un lugar definitivo en la historia?
Lo cierto es que la NBA vuelve a tener una narrativa espectacular. Durant contra Curry, Houston contra Golden State, la nueva generación contra los veteranos. Y todo comenzó con una decisión: Kevin Durant dijo “no” a los Warriors y “sí” a los Rockets.
